En esta ocasión comentaremos el texto escrito por Gonzalo Grimaldi, para la revista política “Viento Sur” (véase aquí). En ésta se afirma que, actualmente, vivimos en un mundo en el cuál estamos dominados por la infantilización y brutalización, dos doctrinas bases en el patriarcado y capitalismo.
Antes que nade, definiré brevemente estos dos últimos conceptos. El patriarcado es una forma de organización social en la que el hombre era el dominante, es decir, tenía claramente mayor reconocimiento y poder que una mujer, una doctrina de lo más machista que a día de hoy sigue “vigente”.
El capitalismo fue un sistema económico en el cual se privatizaron las propiedades de los medios de producción, para poder obtener así más riquezas.
Ahora bien en un principio no hay una correlación entre estas, es más, si bien el patriarcado surgió mucho antes que apareciera el capitalismo, es precisamente con la aparición del último donde se refuerza y profundiza la división sexual del trabajo: el trabajo para el mantenimiento de la vida (trabajo reproductivo o del cuidado) atribuido a las mujeres, y el trabajo para la producción de los medios de vida atribuido a los hombres.
A pesar de esta división, la gente no se preocupa por cambiar esta conducta, todo lo contrario, se han acostumbrado a esto, de por sí no es algo que escojamos sino más bien algo que se nos inculca desde muy pequeños con propaganda o incluso por nuestros padres y entidades religiosas.
Pero, ¿por qué es tan importante infantilizar y brutalizar? A nivel individual está claro que no aporta nada, sin embargo para los países del mundo les es vital, debido a que así se crean conflictos dentro de las familias de la población y así como nos empiezan a “dominar”, imponiendo sus ideologías y quitándonos el derecho a la crítica.
Y ¿en qué consisten? Bueno, la infantilización busca instalar miedos y subestimar a la población mediante un manejo discursivo que, paradójicamente, parece inocente cuando es todo lo contrario. Básicamente consta en tratar a la población como niños, haciéndonos ver inferiores e incluso incapaces de comprender un tema.
La brutalización, muy relacionada a la infantilización, usa procesos similares de represión hacia la conducta. La diferencia aparece en los medios de la violencia, tanto estructural como cultural. Esto se nos explica en el texto de Grimaldi mediante la teoría del “Triángulo de la Violencia” desarrollada por Johan Galtung en la cual se representa la dinámica de la generación de la violencia en conflictos sociales. Según Galtung, la violencia es como un iceberg, de modo que la violencia visible es solo una pequeña parte del conflicto.
Dichas formas de violencia son muy comunes en la actualidad, y la mayoría son cometidas por hombre, puesto que seguimos en una sociedad mayoritariamente machista.
El más claro ejemplo se encuentra en los casos de homicidios, violaciones o violencia de género que perjudican, aproximadamente a más de 66.000 mujeres al año a nivel mundial.
Otro ejemplo sería la reciente manifestación por la independencia, sucedida en Cataluña, España. En dicha manifestación se usó la autoridad ejercida por la policía, que abusaron de poder y se agredieron a muchas personas.
Está claro que esto no va a cambiar, puesto que no se hace el más mínimo esfuerzo y mientras sigamos actuando de esta manera, más perjudicados saldremos y más beneficiados saldrán los que nos imponen esta conducta día a día.
Mr X.
No hay comentarios:
Publicar un comentario