Esta
película estadounidense, dirigida por Terrance Malick, cuenta la vida y
reflexión de Jack, el personaje principal. A lo largo de la película, se
mostrará el avance psicológico de este personaje. El director busca una
reflexión interna de los espectadores, una reflexión que les ayudará a
encontrarse a sí mismo.
Lo primero que hace Malick es presentar brevemente a
los protagonistas principales, los integrantes de la familia O’Brien, luego
introduce el tema del que trata la cinta (la vida y la muerte) involucrando el
fallecimiento de uno de los miembros de la familia y, a través de una secuencia
de imágenes donde vemos la creación de la Tierra, el nacimiento de la vida, la
lucha por la supervivencia y más.
Casi todos estos momentos tienen un peso similar y
están puestos así en la película en función de una misma cosa: son momentos que, en mayor o menor medida,
marcan la vida de uno. No hace falta que esos momentos sean grandes o generen
un cambio radical en el personaje, sino que las pequeñas cosas son las
verdaderas protagonistas, las primeras en la vida, las que dejan una marca,
como por ejemplo el primer contacto con la muerte, con la maldad, con la
rebeldía, la presión social, en definitiva todas las pequeñas frases y
situaciones que nos forman, que nos hacen acercarnos y alejarnos de las otras
personas, todo lo que nos hace ser quien somos y más es lo que retrata la
película.
En las
primeras escenas, se hace referencia al título de la película, y lo relaciona
con e posible origen del hombre (teorías tanto religiosas como científicas),
pero teniendo en la película más influencia la primera que la segunda, pues una
frase de su madre también nos lo confirma: “nos
enseñaron que nadie que amara el camino de lo divino, acabaría mal.” Una
cuestión que es muy discutida a día de hoy, pero por qué aceptar esto sin más,
es bastante simple, consta de una simple creencia de que hay vida más allá de la
muerte, son cuestiones de fe, de que a pesar de todo, no estamos solos en esta
vida.
Claro que la temática de la película va más allá de
reflexionar sobre nuestro origen, así, el cineasta también busca nuestra reflexión
propia. A través de Jack, se muestra el arrepentimiento que éste tiene cuando
crece, pues no ha sabido aprovechar el tiempo que tuvo en su momento con su
familia o por comportarse como en aquél momento lo hizo, pues a pesar de lo
sufrido con su estricto padre, y del amor incondicional por parte de su madre,
él seguía siendo su hijo y lo querían más que a nada en el mundo. Esto es algo
muy común en todas las familias de todo el mundo, y el mensaje creo es bastante
claro.
La muerte de su hermano menor es obviamente la causa de toda
reflexión, y es que alguna vez nos hemos preguntado qué sería de nosotros sin
un ser querido, si siquiera seríamos capaces de convivir con una pérdida tan
importante. La muerte es un tema inevitable, doloroso, por lo que hay que saber
disfrutar de los pequeños momentos de felicidad que te da la vida.
Personalmente he sufrido una pérdida familiar recientemente.
A pesar de casi no conocer a dicha persona tanto, afecta tanto como si fuera mi
propia madre. Además de sentir, puedo observar, y el daño que causa es
irreparable, he visto a mi madre llorar, a mi abuelo perder a un hermano, y
solo con eso es suficiente como para que se te derrumbe el mundo entero.
Es verdad que no me paso todos los días pensando como si
fuera el último, aunque no tiene nada de malo, es más, probablemente
aprovecharía más el tiempo de lo que lo aprovecho ahora. Pero si ha habido veces
que me he puesto a pensar lo que podría pasar un día, no solo a familiares,
sino también a mí. Creo que tengo muchas cosas de las que me arrepentiré en un
futuro, probablemente ya me arrepienta de muchas cosas, pero de los errores se
aprende, y si tuviera que mirar atrás para deducir como he llegado a ciertos
puntos de mi vida, no tendría ni una sola duda, en que si tuviera la posibilidad,
cambiaría muchas cosas, pero eso ya depende de mí ahora, ver lo que soy ahora y
lo que seré en un futuro.
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